Cultiva Amistades Sanas
por
Eva Fleming de ¡Qué Gente, Mi Gente!
Somos expertos en relaciones románticas. Las revistas y la cultura popular enfatizan esta faceta de las relaciones al extremo de excluir una de las relaciones más preciada y probada por milenios. La simple amistad. La amistad es un ingrediente esencial para la felicidad. Según el filósofo Aristóteles, la amistad tiene tres funciones. La primera es una de placer en la que dos seres humanos se deleitan en su compañía, donde existe una conversación y contacto cara a cara, donde hay humor y seriedad en sus conversaciones, donde disfrutan actividades, salidas y aventuras juntos. La segunda función es utilidad. Este es el mismo concepto de un súper- poder y sus aliados. Es el sistema de apoyo que te ayuda a alcanzar tus metas, que te da la mano cuando más lo necesitas, que no te deja ahogarte. La tercera función es la virtud. Eres amigo de esta persona debido a sus virtudes: aprecias su honestidad, su perseverancia, su generosidad y sabes que tú también puedes ser influenciado por alguien con esas características. Esta función aclara el concepto del proverbio: “Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo.” Pues, aunque la honestidad de tu amigo te hiere, sabes que al final tiene razón y puedes ser mejor persona si escuchas sus consejos.
La amistad es tan esencial que cuando nos alejamos de alguien a quien realmente hemos llegado a apreciar, experimentamos dolor emocional y físico. Toma tiempo para cultivar las sanas amistades. Goza, llora y crece en el enlace de buenos amigos. Somos mejores personas cuando contamos con buena compañía y comunidad, que cuando estamos aislados.
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