Actos de Bondad
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La bondad es la única inversión que nunca quiebra. (Henry David Thoreau) ¡Qué maravilloso es saber que los seres humanos tenemos la capacidad de pensar no solo en nosotros, sino en los demás! En la medida en que nos demos para hacer feliz a los otros, en esa misma manera seremos bendecidos. No se trata de hacer algo para recibir algo a cambio, es algo que va más allá; es un compromiso de conciencia de que somos seres gregarios y que nos necesitamos los unos a los otros.
La historia de la humanidad está llena de ejemplos de personas que su manera de vivir ha estado sellada de actos de bondad. María Teresa de Calcuta, es un maravilloso ejemplo de esto y nos dejó como legado el siguiente pensamiento: Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido. Esta es la magia que caracteriza a la bondad, es un continuo deseo de hacer el bien sin mirar a quién.
Hace muchos años el universo conspiró para que el mejor y más grande acto de bondad se llevara a cabo. La primera GPS (una estrella) fue el mejor testigo de que el mismo se había completado, anunciando al Niño Rey, quien había llegado para cambiar el tiempo de la humanidad en dos, antes de su nacimiento y luego de este gran acontecimiento. El anuncio llegó a pastores y a magos, a pobres y a ricos. El coro de ángeles se encargó de lucir sus mejores galas para anunciar al recién nacido en un pesebre, rodeado de animales, paja y mal olor.
Un sinnúmero de letrados ha tratado de explicar lo que en aquel momento ocurrió; solo podemos decir que fue algo impresionante que todos los que estuvieron cerca del área fueron impactados y llevados hasta el lugar correcto para encontrarse con la persona correcta. Son muchos los momentos de la vida en que tenemos que tomar decisiones relacionadas con llevar a cabo actos de bondad, pero antes de lograrlo es necesario que nos despojemos de nuestro yo y nos convirtamos en un nosotros o un ustedes.
El tiempo de festividad que se avecina es un gran momento en que podemos ser bondadosos. Una mirada tierna, un abrazo, una sonrisa, un trato amable y un atento saludo; pueden ser las mejores muestras de bondad. No es necesario que afectes tu presupuesto familiar para alcanzar la meta de pensar primero en los otros que en ti o los tuyos. La reina judía Ester siempre pensó primero en su pueblo y se arriesgó para conseguir su libertad, y lo consiguió. Así mismo, Nelson Mandela siempre luchó por su nación buscando trato igual para todos.
Aprovecha el brillo de las luces y el sonido hermoso de las notas musicales de esta época para escribir en el pentagrama de tu vida actos que te conviertan en una persona diferente, en un ser inigualable. Permite que la bondad sea parte de tu ADN y aportarás para que el mundo sea uno más balanceado y apto para todos los seres humanos. Recuerda: haz el bien y no mires a quién.